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Remuneración, autorización y transparencia son la clave para una IAG ética
Un marco normativo eficiente y acuerdos colectivos son la solución para proteger la propiedad intelectual del sector editorial
El factor humano es un valor insustituible en la creación cultural
Moderada por Javier Díaz de Olarte, director del Departamento Jurídico de CEDRO, el encuentro reunió a Carmen Páez, subsecretaria del Ministerio de Cultura; Rodrigo Díaz, vocal asesor de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial; Marta Sánchez-Nieves, presidenta de ACE-Traductores; y Daniel Fernández, vicepresidente primero de CEDRO y presidente de la Federación de Gremios de Editores de España, para debatir sobre los retos que plantea la Inteligencia Artificial Generativa (IAG) a los derechos de autor.
Los ponentes coincidieron en que la irrupción de la IA constituye uno de los principales retos del sector y subrayaron la necesidad de garantizar la remuneración, autorización y transparencia de estos sistemas.
Rodrigo Díaz explicó que: «el diálogo negociado constante, la búsqueda de modelos de cooperación y la gestión colectiva nos permitirán seguir avanzando, tal como lo han hecho los modelos europeos» y, además, señaló que desde su Secretaría de Estado están en conversaciones con los gobiernos de Noruega y Países Bajos para conocer cómo han llegado a acuerdos con los titulares de derechos con el fin de garantizar un modelo de IA respetuoso con la propiedad intelectual.
Respecto a este tema, Marta Sánchez-Nieves señaló que: «Noruega y Países Bajos tienen un sistema público que protege mucho más la cultura y a sus autores. Tenemos que subir muchos escalones para acercarnos a esos modelos».
Además, los ponentes manifestaron que es imprescindible definir de forma clara qué se considera producto, así como reconocer el modelo de acuerdos colectivos, que ha demostrado ser una solución eficaz, «sin una acción sindical, no se puede negociar», señaló Daniel Fernández, vicepresidente primero de CEDRO y presidente de la Federación de Gremios de Editores de España.
Respecto a la normativa existente, los participantes coincidieron en la necesidad de minimizar los impactos negativos de la IA en la creación y traducción de obras.
Carmen Páez, señaló que «cuando se ve la propiedad intelectual como algo solo económico, la estamos desvirtuando. Por eso, es fundamental que se articulen espacios donde se escuchen a los autores, editores y el resto de los profesionales del sector cultural, que son la materia prima de la IA».
Rodrigo Díaz añadió que «hay que encontrar una solución común para satisfacer los intereses de todos».
Tanto Páez como Díaz coincidieron en que el marco regulatorio existente puede ser suficiente para dar una respuesta adecuada al sector cultural. La representante de Cultura consideró que «la Inteligencia Artificial es una herramienta tan disruptiva que al ordenamiento jurídico le está costando adaptarse. Sin embargo, contamos con principios firmes y uno de ellos es la protección de la creatividad. Por eso es fundamental encontrar vías efectivas para garantizar que este derecho se ejecute en la práctica».
Su colega de Transformación Digital reconoció que en materia regulatoria: «uno de los principales objetivos es que la inteligencia artificial avance de manera ética y transparente, garantizando la protección de los derechos de propiedad intelectual».
Daniel Fernández añadió que «en estos tiempos que plantean un horizonte complicado, el desafío principal es establecer un marco regulatorio y un marco social».
Desde la perspectiva de los traductores, Marta Sánchez-Nieves, traductora profesional y presidenta de ACE Traductores, explicó que «el arte y la creación son humanas. Ese factor humano es insustituible y debe ser protegido frente a la utilización de la inteligencia artificial».
Manuel Rico, presidente de la Asociación Colegial de Escritores (ACE), concluyó que: «no estamos hablando solo de propiedad intelectual, también de democracia, de avance social y cultural... Por nuestra parte, los autores y autoras estamos alertando de esta situación, de la necesidad de una IA ética para no debilitar el progreso colectivo».
De izquierda a derecha, Carmen Páez, Rodrigo Díaz, Marta Sánchez-Nieves, Daniel Fernández y Javier Díaz de Olarte.
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