Esta información ha sido obtenida del Segundo Observatorio de la Sostenibilidad de la Cultura Escrita, presentado por CEDRO en octubre de 2024.
La cultura escrita es la base del conocimiento. A través de la lectura y la escritura, el individuo no solo se conecta con el saber acumulado a lo largo de la historia, sino que también desarrolla habilidades fundamentales como el pensamiento crítico, la capacidad de análisis y la creatividad. Según este informe, estos elementos protegen contra la manipulación y promueven una actitud más democrática.
Además, la cultura escrita es un vehículo de aprendizaje que fomenta el progreso personal y profesional, permitiendo a las personas adquirir nuevas competencias y estar mejor preparadas para los retos de la vida cotidiana y laboral. De este modo, la escritura y la lectura no solo enriquecen el intelecto, sino que también refuerzan la autonomía de cada persona.
En el plano social, de acuerdo con los resultados del Segundo Observatorio, la cultura escrita es igualmente importante. Es la base que sustenta el conocimiento colectivo y el progreso cultural de la sociedad, puesto que fomenta una sociedad más crítica y libre. En este sentido, favorece una mayor tolerancia, respeto, civismo y justicia, creando un ambiente propicio para la convivencia pacífica y la equidad social.
También añade el informe que una sociedad basada en la cultura escrita es más culta, evolucionada y rica tanto intelectual como materialmente. Estas comunidades suelen ser más dinámicas, innovadoras y preparadas para afrontar los retos del futuro. Esto se traduce en una mayor prosperidad, no solo en términos económicos, sino también en el fortalecimiento de los valores democráticos y la cohesión social.
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